La vivienda es, para muchas familias, una de las inversiones más importantes de su vida. Sin embargo, en el país aún existe el descuido de no proteger este patrimonio ante posibles riesgos y vulnerabilidades que podrían provocar que esta desaparezca de la noche a la mañana debido a emergencias como incendios o desastres naturales.
Precisamente, de acuerdo con especialistas, frente al aumento en la frecuencia de estas situaciones, surge una pregunta clave: ¿qué tan preparados estamos para enfrentar un evento inesperado en casa mediante diversas herramientas?
Para Armando Sevilla, director Comercial de MAPFRE Costa Rica, la respuesta pasa necesariamente por analizar qué tan conscientes somos los propietarios de viviendas para prevenir. “Un ejemplo, son los seguros. Estos son herramientas que precisamente fomentan una cultura de prevención. En la actualidad, contar con un seguro de hogar no es solo una decisión que protege la economía de una familia, es una forma de cuidar la tranquilidad, el patrimonio y la estabilidad de la familia frente a un evento inesperado”, afirmó.
Pero, ¿cómo saber cuál es el seguro de hogar de los que existen en el mercado que más se acopla a sus necesidades. Sevilla, basado en el enfoque de prevención, detalló 10 recomendaciones para proteger los hogares y explica cómo un seguro de hogar puede convertirse en el aliado más estratégico frente a contingencias que, aunque imprevisibles, pueden mitigarse con una adecuada planificación.
- Entender la importancia del seguro de hogar. La primera recomendación es comprender el valor que tiene asegurar la vivienda dentro de un esquema integral de protección. Un incendio provocado por una falla eléctrica, una inundación por lluvias intensas o un robo mientras la familia está de viaje pueden dejar pérdidas millonarias. “El seguro brinda tranquilidad porque ofrece respaldo financiero inmediato. Permite que la familia no tenga que desestabilizar sus finanzas ni endeudarse para recuperar lo perdido”, explicó Sevilla.
- Conocer las coberturas básicas y adicionales. Sevilla comentó que un error común entre los asegurados es pensar que todas las pólizas cubren lo mismo. No obstante, las diferencias son notables. El Seguro Hogar Total de MAPFRE, por ejemplo, contempla en su cobertura básica hasta 11 riesgos. Entre ellos, incendios, rayos, daños por humo, colisión de vehículos contra la vivienda, caída de árboles o antenas, gastos de demolición y escombros.
A esto se suman coberturas adicionales frente a riesgos catastróficos como inundaciones, deslizamientos, temblores, terremotos, erupciones volcánicas, vientos huracanados o granizo. También incluye daños por intentos de robo, sustitución de cerraduras, responsabilidad civil y gastos de alquiler temporal.
“Cada familia debe analizar sus necesidades específicas según la zona donde vive y el tipo de vivienda. Una casa en zona sísmica, cercana a un río o expuesta a fuertes vientos requiere coberturas diferenciadas”, mencionó Sevilla.
- Diferenciar entre asegurar la estructura y el contenido de la vivienda. Un aspecto clave es distinguir qué se protege en la póliza. Por ejemplo, una que cubre únicamente la edificación indemnizará el costo de reconstrucción de la vivienda, pero no los bienes dentro de ella. Cuando se asegura también el contenido, se protegen electrodomésticos, muebles, línea blanca y artículos electrónicos. “En muchos hogares, el valor del contenido puede superar incluso el 30% del total del patrimonio, y dejarlo fuera de la póliza es un error costoso”, advirtió el gerente Comercial de MAPFRE.
- Identificar los factores que influyen en el costo. El monto de la inversión en un seguro de hogar no es estándar. Entre los factores que inciden se encuentran el tipo de material constructivo de la casa, su antigüedad y las condiciones del entorno -por ejemplo, cercanía a ríos o lotes baldíos-.
No obstante, Sevilla enfatizó en que existen formas de optimizar el costo. “Realizar un mantenimiento continuo de la vivienda, revisar periódicamente la instalación eléctrica y contar con dispositivos contra incendio no solo reducen riesgos, también ayudan a mejorar la prima del seguro”, dijo.
- Determinar correctamente el valor asegurado. La subvaloración de la vivienda es otro error frecuente que señaló Sevilla. Para evitarlo, lo ideal es realizar un avalúo profesional o guiarse por los costos de construcción establecidos por los gobiernos locales. “Si una vivienda está asegurada por debajo de su valor real, la indemnización será proporcionalmente menor. En un siniestro, esto puede dejar al asegurado con un vacío económico difícil de cubrir”, explica el gerente Comercial.
- Conocer las diferencias entre seguros voluntarios y obligatorios. Muchas familias tienen un seguro ligado a su crédito hipotecario, lo que genera la falsa sensación de estar suficientemente cubiertos. Sin embargo, la realidad es distinta.
“Un seguro voluntario permite al cliente personalizar su póliza según sus necesidades. En cambio, la póliza hipotecaria está diseñada principalmente para proteger al acreedor, no necesariamente al asegurado. Por eso, tener ambos puede ser conveniente. Esto porque uno cumple con la obligación financiera y el otro protege realmente a la familia”, aclaró Sevilla.
- Saber cómo actuar ante un siniestro. El momento de la verdad ocurre cuando sucede un robo, incendio o catástrofe. En estos casos, la rapidez de reacción es determinante.
El procedimiento que recomienda Sevilla es notificar de inmediato a la aseguradora y seguir las instrucciones de reporte. “En MAPFRE ofrecemos acompañamiento y asesoría personalizada, porque entendemos que más allá de la pérdida material, el asegurado enfrenta un momento de vulnerabilidad”, comentó.
Añadió que, además de la indemnización económica, algunas pólizas contemplan beneficios como asistencia técnica, reparaciones urgentes y cobertura de alojamiento temporal, por lo que es importante también tenerlas identificadas.
- Revisar la póliza con frecuencia. La inflación y la variación en los costos de construcción hacen que sea necesario ajustar el monto asegurado con regularidad. La recomendación de MAPFRE es revisar la póliza de manera anual. “Esto asegura que, en caso de un siniestro, la indemnización corresponda a valores reales y no a precios desactualizados”, explicó Sevilla.
- Incorporar la tecnología como aliado. El sector asegurador evoluciona de la mano de la digitalización. Hoy es posible acceder a la póliza, controlarla y gestionarla desde aplicaciones móviles. MAPFRE, por ejemplo, ha reforzado su oferta con un paquete de asistencias que acerca el seguro a la vida cotidiana del asegurado. “La tecnología nos permite tangibilizar el servicio y darle al cliente herramientas inmediatas para gestionar sus coberturas”, aseguró el vocero.
- Adoptar una cultura de prevención. “Más allá de la póliza, las personas debemos crear una cultura que nos permita prevenir, anticipar y planificar. Estos son hábitos que marcan la diferencia en la protección patrimonial. Las familias deben ver el seguro de hogar no como un gasto, sino como una inversión que asegura tranquilidad. Nadie planea sufrir un incendio, una inundación o un robo, pero todos podemos planificar cómo reaccionar si sucede”, dijo Sevilla.
Añadió que, en el mundo de los negocios y las finanzas personales, las pólizas de seguro representan un mecanismo para blindar el patrimonio frente a imprevistos. Así como las empresas gestionan riesgos mediante seguros corporativos, los hogares deben hacerlo en el ámbito familiar.
“En un país expuesto a fenómenos naturales y con una tasa creciente de robos a la propiedad, el seguro de hogar deja de ser un lujo para convertirse en una herramienta de estabilidad financiera. La tranquilidad de saber que, pase lo que pase, la familia podrá recuperarse sin sacrificar su economía, es quizá la mejor inversión que se pueda hacer”, concluyó el director Comercial de MAPFRE Costa Rica