Por EFE
Un turismo más sostenible para Roma, con una diversificación de los puntos de interés, una limitación de los alquileres temporales y más eventos internacionales son las propuestas lanzadas este martes por el concejal de Turismo de Roma, Alessandro Onorato.
“Debemos dar sentido a este turismo, distribuirlo en la ciudad y acelerar el trabajo en las infraestructuras“, señaló Onorato, quien destacó que la ciudad batió su récord de visitas en 2023 con 50 millones y espera superarlo en 2024.
En vistas al Jubileo de 2025, se anticipa que llegarán a la capital más 30 millones de fieles, aunque Onorato advirtió que el verdadero auge se producirá en 2026.
“Parar el crecimiento indiscriminado de las estructuras extrahoteleras” es una de las medidas planteadas para controlar el turismo de masas. Estos alojamientos han crecido exponencialmente, pasando de 18.870 en 2021 a 31.657 en 2023.
Onorato lamentó no tener las herramientas necesarias para limitar el número de alquileres turísticos en el centro y pidió la creación de una ley nacional que permita intervenir en ciudades como Florencia o Milán.
El concejal subrayó que no se pretende prohibir estos alojamientos, sino regularlos, ya que su concentración en el centro está generando problemas para la ciudadanía.
Los residentes en el centro de la capital están disminuyendo, por ejemplo, en el barrio de Trastévere, donde los residentes han pasado de 23.000 en 2013 a 13.000 en 2023. Onorato reclamó más competencias para incentivar a los residentes a quedarse y a los pequeños artesanos a mantener sus negocios.
Además, denunció que “con la excusa del libre mercado, los centros históricos corren el riesgo de perder su singularidad“.
Onorato también plantea diversificar los puntos turísticos de la ciudad, creando nuevos itinerarios en lugares menos visitados, como el puerto de Trajano o la via Appia Antica.
“58 millones de turistas son demasiados si están todos en el centro, pero son pocos si se distribuyen”, afirmó.
Por último, Onorato quiere crear eventos que hagan que los turistas quieran volver a Roma y dejen una imagen más moderna de la ciudad, como pruebas deportivas o conciertos internacionales.